Ahora que Alejandro Zenker cumplió 60 años decidí preparar este texto relatando un poco de lo que he conocido durante los últimos quince años acerca de sus numerosas facetas y dimensiones.
Cualquier reunión de trabajo con Alex resulta enriquecedora y entretenida. Hacer negocios con Zenker ha resultado, en forma inevitable, siempre divertido.
De sus proyectos, cada vez que le veo me entero de por lo menos cinco o seis nuevas aventuras en las que se ha involucrado. Me pregunto de cuántas más no me enteraré y de otras tantas en las que, quizá por fortuna, preferirá no envolverse.
De su trato, es inevitable aprender algo desconcertante y novedoso al conversar con Zenker. Su capacidad para hilar ideas y contar historias acarrea en ocasiones que termine uno haciendo algo totalmente diferente a lo previsto.
Como amigo, le admiro su generosidad y su capacidad para llevarse y relacionarse a profundidad con todo tipo de sujetos. Aprovecho para darle un consejo al lector: que no se te ocurra hacerle una chingadera a Álex. Eso no se hace con la gente noble. Además, te va a ir mal.
De la buena vida, recién me enteré que también es cocinero. Y no sé si llamarle sibarita pero por supuesto que le encanta el chupe y eso se agradece al visitarle.
Como empresario y editor, sólo hay que ver esa empresa que ha construido en torno a su pasión, que son los libros y el cuidado editorial. Cualquiera se sorprende al ver el flujo de trabajo y el potencial inmenso que hay en Solar, inventado todo por él, sin asesoría externa y con un equipo de trabajo eficiente y animado. Para hablar de su trabajo como editor, no sería suficiente una nota. Mejor visita la página de Ediciones del Ermitaño.
Alejandro, adermás, es uno de los pioneros en el libro electrónico en México y en Iberoamérica.
Como librero, es además arriesgado y audaz. La Librería del Ermitaño, una librería de barrio y café es uno de sus más recienes conceptos que debes visitar. Justo atrás del Metro, no hay pierde.
Ya es más que conocido en estos y otros ámbitos, por supuesto, pero sin duda merece más reflectores y atención. Me sigue extrañando que no se le haga más caso en el gobierno, en la academia, en círculos de negocios y hasta en la misma industria editorial. Sin duda se beneficiarían con su experiencia y perspectiva.
Como fotógrafo, otra de sus pasiones, lo admiro mucho. Bueno, la verdad, no tanto pero lo digo aquí para ver si un día de estos me invita a una de sus sesiones con modelo desnuda.
Esas son sólo algunas facetas de Alejandro Zenker, un humano excepcional a quien he tenido la suerte de conocer y tratar en estos años. Entiendo ahora que lo que más admiro de Alejandro es su capacidad para desarrollar a tope casi todos sus potenciales.
Sólo me pregunto qué empujón necesitaremos los demás para tener esa capacidad de brillar por tantos lados.
Te mando un abrazo, querido Álex.
Nota: Gracias a Paloma Escoto, @escotopaloma por la generosa idea y por crear el hashtag #60AñosAlejandroZenker