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60 años de Alejandro Zenker

04.21.2015 by Gustavo Arizpe //

AZ 16 de febreAhora que Alejandro Zenker cumplió 60 años decidí preparar este texto relatando un poco de lo que he conocido durante los últimos quince años acerca de sus numerosas facetas y dimensiones.

Cualquier reunión de trabajo con Alex resulta enriquecedora y entretenida. Hacer negocios con Zenker ha resultado, en forma inevitable, siempre divertido.

De sus proyectos, cada vez que le veo me entero de por lo menos cinco o seis nuevas aventuras en las que se ha involucrado. Me pregunto de cuántas más no me enteraré y de otras tantas en las que, quizá por fortuna, preferirá no envolverse.

De su trato, es inevitable aprender algo desconcertante y novedoso al conversar con Zenker. Su capacidad para hilar ideas y contar historias acarrea en ocasiones que termine uno haciendo algo totalmente diferente a lo previsto.

Como amigo, le admiro su generosidad y su capacidad para llevarse y relacionarse a profundidad con todo tipo de sujetos. Aprovecho para darle un consejo al lector: que no se te ocurra hacerle una chingadera a Álex. Eso no se hace con la gente noble. Además, te va a ir mal.

De la buena vida, recién me enteré que también es cocinero. Y no sé si llamarle sibarita pero por supuesto que le encanta el chupe y eso se agradece al visitarle.

Como empresario y editor, sólo hay que ver esa empresa que ha construido en torno a su pasión, que son los libros y el cuidado editorial. Cualquiera se sorprende al ver el flujo de trabajo y el potencial inmenso que hay en Solar, inventado todo por él, sin asesoría externa y con un equipo de trabajo eficiente y animado. Para hablar de su trabajo como editor, no sería suficiente una nota. Mejor visita la página de Ediciones del Ermitaño.
Alejandro, adermás, es uno de los pioneros en el libro electrónico en México y en Iberoamérica.

Como librero, es además arriesgado y audaz. La Librería del Ermitaño, una librería de barrio y café es uno de sus más recienes conceptos que debes visitar. Justo atrás del Metro, no hay pierde.

Ya es más que conocido en estos y otros ámbitos, por supuesto, pero sin duda merece más reflectores y atención. Me sigue extrañando que no se le haga más caso en el gobierno, en la academia, en círculos de negocios y hasta en la misma industria editorial. Sin duda se beneficiarían con su experiencia y perspectiva.

Como fotógrafo, otra de sus pasiones, lo admiro mucho. Bueno, la verdad, no tanto pero lo digo aquí para ver si un día de estos me invita a una de sus sesiones con modelo desnuda.

Esas son sólo algunas facetas de Alejandro Zenker, un humano excepcional a quien he tenido la suerte de conocer y tratar en estos años. Entiendo ahora que lo que más admiro de Alejandro es su capacidad para desarrollar a tope casi todos sus potenciales.

Sólo me pregunto qué empujón necesitaremos los demás para tener esa capacidad de brillar por tantos lados.

Te mando un abrazo, querido Álex.

Nota: Gracias a Paloma Escoto, @escotopaloma por la generosa idea y por crear el hashtag #60AñosAlejandroZenker

Categories // Inspiración Tags // #60AñosAlejandroZenker

Disfrazarme de tigre

04.18.2014 by //

disfrazarme de tigre

Le agradezco a Gabriel García Márquez por haberme ayudado a entender el mundo y a encontrar mejores formas de nombrar a los objetos, materiales y sensaciones de mi vida.

Un día de 1978 mis padres me trajeron de Puebla así, como si nada, Cien años de soledad. No sé por qué me lo regalaron ni quién les dijo que me podría interesar. Tal vez simplemente lo vieron y pensaron que me aplacaría un poco si me lo compraban.

No tenían idea qué tanto afectarían mi imaginación y fomentarían mi entonces incipiente desorden mental. Me bastó con leer las primeras dos o tres páginas para saber que había entrado a otro universo donde era posible describir lo más extraordinario y sublime al lado de lo más mundano. El mundo, pude entender por fin, era una mezcla de lo demencial con lo apacible, de lo apasionado con lo dulce y de lo extravagante con lo normal.

Yo estaba justo en transición hacia la adolescencia, y la explosión de imágenes y colorido que encontré en Cien años de Soledad me tomó más que desprevenido. Sin duda me ayudó —o quizá afectó con gravedad— mi formación amorosa. Supe entender que no era el único que sentía esas fiebres que me acompañarían los siguientes años. Pude adelantarme y comprender lo que sería ser hombre gracias a los textos de Gabo. Y cuando lo fui, pude también comprender que la tristeza, desesperación y nostalgia se da en los amores que se dan y también en los que no prosperan.

Años después, en momentos donde hubo grandes cambios en mi vida, la imagen de Fermina Daza me acompañó en mis incursiones a tierras desérticas, cuando viví cinco años lejos del verdor de mis tierras del sur. Al regresar después de años en los desiertos del norte de México comprobé, como diría Gabo, que eran trampas caritativas de la nostalgia. Muchos de los textos de García Márquez quizá no eran un guión pero sí un borrador de mi vida.

Gabo tuvo siempre una actitud despiadada a la vez que dulce con sus personajes. Les daba ciertas concesiones, pero siempre se las arrebataba después. Y la única razón que encuentro para ello es que están basados en la realidad, aunque la verdad siempre me pareció chocante el término “realismo mágico”. Ese es un concepto de críticos que no saben de lo que hablen porque viven su vida en teoría y en abstracto.

No ha habido, ni creo que pueda haber, una buena adaptación cinematográfica de sus libros. La mayoría de sus textos son más evocativos que narrativos y para plasmarlos se requeriría un medio que permitiera usar los cinco sentidos además de la imaginación. No hay forma que una película describa, por ejemplo, a ese perrazo manso y pederasta que ejercía labores de padrote para que le dieran de comer. Una película no podría describir la gracia que produce imaginar a los nueve payasos, los diecisiete reyes de baraja, al diablo y a las emperatrices japonesas que quedaron muertos en la balacera. O el hecho estar acuchillado y con las tripas de fuera y sonreírle a una conocida en la calle. Difícilmente una película podría mostrar las implicaciones de tener a tu padre amarrado bajo un árbol.

Aunque yo soy de tierra fría, siempre me sentí como si estuviera en casa en los pueblos ardientes y polvorientos de sus libros. La casona de Úrsula fue siempre la de mi abuela Esperanza, donde crecí, grande y pletórica de visitantes. Los tiestos de begonias abundaban en los corredores del viejo hotel de mi abuela que estaba justo al lado.

Hubo temporadas donde siempre había ejércitos de personas en esa casa donde crecí. Visitaban a mi abuela, iban de paso rumbo a otro lugar, asistían a algún cumpleaños, o iban a alguno de los velorios o rosarios que padecí en mi infancia. Y nunca faltaban tampoco esas personas silenciosas que laboraban sin descanso para atender a los visitantes. No deja de inquietarme que cuando la casa sea demolida en el futuro tal vez algún extraño encuentre un santo lleno de monedas de oro que mi abuela haya escondido en los tiempos de los cristeros.

Sería arrogante de mi parte decir que Gabo es una influencia en mi manera de escribir. Pero sí puedo decir que soy seguidor de la gracia con la que podía usar varias “y” en la misma oración. También evito convertir los adjetivos en adverbios con el sufijo -mente. Me cuesta mucho trabajo no usar al menos dos adjetivos. Y, siempre que puedo, agrego algún tipo de extravagancia a mis escritos.

Creo que el mejor homenaje que alguien puede hacerle a García Márquez es simplemente leerlo. Pero, como a Aureliano Segundo, a veces me llega la ventolera de disfrazarme de tigre y siempre lo pospongo así que creo que ese será mi homenaje para mi querido Gabriel García Márquez.

Categories // Inspiración

Cómo dejar de fumar hoy mismo

05.31.2013 by //

Dejar de fumarEste método me ha funcionado bastante bien y es muy simple. En la práctica es muy simple también, ya que solamente requiere cinco segundos de esfuerzo.

Primero que nada es necesario que realmente quieras dejar de fumar hoy mismo. Parece obvio pero no lo es tanto. Para reforzar esta decisión nos podemos ayudar con alguna de estas ideas, muy conocidas todas ellas.

  • El tabaco y sus componentes son dañinos para corazón, pulmones y todo el organismo en general.
  • Produce falta de apetito y disminución de la condición física.
  • La nicotina produce adicción, el alquitrán se queda pegado como costra a los pulmones.
  • Cuesta mucho dinero, especialmente si se fuma más de una caja de cigarrillos al día.
  • Los fumadores tienen mal aliento, huelen sus ropas a diez metros de distancia y normalmente son seres muy desagradables para los no fumadores, especialmente en lugares cerrados.

Y podría seguir con una interminable y detallada lista que no serviría de nada ya que ser un experto en tabaquismo no te va a ayudar a dejar de fumar. Lo único que sirve para dejar de fumar es, justamente, dejar de hacerlo.

Preparando el escenario para dejar de fumar

Es importante estar en una situación que no tenga que ver con nuestra rutina diaria. Algo como lo siguiente: No tener ni un centavo. Estar recién operado y con la nariz taponeada o los ojos parchados. Trabajar una temporada en una oficina pública en California. Pasar un fin de semana solo. Algo que haga un poco diferente tu rutina diaria.

Conocer de antemano lo que va a pasar cuando dejas de fumar

Como fumadores, se nos presentan frecuentemente las ganas de fumar. cuando se presentan estas ganas, las cuales creemos conocer, cedemos a la tentación y fumamos. Pero nunca las observamos.

Observemos éste deseo de fumar por una sola vez, sin ceder a su llamado. Notemos algo fundamental: las ganas de fumar duran entre 3 y 5 segundos y se van. Regresan poco después, pero se vuelven a ir, y así sucesivamente, hasta que caemos en la tentación y encendemos el cigarrillo.

El momento de dejar de fumar

Hagámoslo. Así, simplemente, dejando de fumar. Las ganas van a presentarse con muchísima frecuencia al principio. No las ignoremos. Respiremos profundamente y se irán solas. Ya sabemos que éstas no duran mucho tiempo. Así que venzámoslas una y otra vez durante el primer día. Durante el segundo y tercer día ya las conoceremos suficientemente como para no ceder tan fácil a su llamado, además de que se presentarán con mucha menos frecuencia. Al final del primer día las ganas pueden ser muy fuertes pero se presentan cada hora.

Dejando de fumar para toda la vida

En mi caso, después del tercer día bajó el deseo de fumar a una o dos veces al día. En este momento fue cuando me dí cuenta que realmente podía controlar mi vicio. Con el tiempo, las ganas de fumar se van presentando con muchísima menor frecuendia y a veces pueden pasar semanas o meses sin que aparezcan. Eso sí, es necesario estar conciente de ello para no caer ni siquiera una sola vez

En el peor caso, si cayéramos y fumáramos de nuevo un cigarrillo, siempre es posible volver a empezar. Yo ya tengo 17 años sin fumar, y así pienso seguir.

Categories // Inspiración, Productividad

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